Encuentre aquí el Informe sobre la Situación del Mercado “Seguros Generales – 30 de Junio de 2020”.
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Encuentre aquí el Informe sobre la Situación del Mercado “Seguros Generales – 30 de Junio de 2020”.
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Encuentre aquí el Informe sobre la Situación del Mercado “Seguros de Personas – 30 de Junio de 2020”.
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Encuentre aquí el Informe sobre la Situación del Mercado “Seguro de Retiro – 30 de Junio de 2020”.
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Encuentre aquí el Informe sobre la Situación del Mercado “Seguros de Riesgos del Trabajo – 30 de Junio de 2020”.
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El Código de Ética emitido por el IFAC explica que debido a que la responsabilidad de un profesional de la contabilidad no consiste exclusivamente en satisfacer las necesidades de un determinado cliente o de una entidad para la que trabaja, su actuar es de interés público, al igual que otras profesiones.
No obstante, lo anterior posee un elemento muy particular, y es que su cumplimiento es de carácter obligatorio, es decir que es una exigencia establecida por la moral, la ley o la autoridad, en este caso el IFAC u organismo en cada país que regule la profesión siguiendo los lineamientos locales y/o internacionales, cuyas penalidades morales o económicas en caso de incumplimiento conllevan incluso la suspensión de licencias para el ejercicio de la profesión; otras en cambio, es la misma sociedad quien termina aplicando sanciones morales por su incumplimiento, tales como ya no comprar o contratar sus servicios. De igual forma, bajo el supuesto que todos los profesionales aplican los valores éticos mínimos establecidos en su Código de Ética, en medio de una situación de crisis o recesión económica como la actual pandemia del COVID-19, el cliente optará por elegir la opción más económica si el resultado o producto esperado será el mismo. Esto también obedece al principio fundamental bajo el que se desarrolla el libre mercado, es decir, que las leyes de la oferta y la demanda son las que determinan los precios.
En cambio, si la aplicación de valores éticos, en el ejercicio de la profesión, se hace de forma voluntaria y se incrementa el estándar de lo que los Códigos de Ética establecen los beneficios obtenidos son aún mayores, es decir que, por ejemplo, un cliente a pesar de que su primera reacción al recibir una oferta de servicios es verificar el precio, nos seguirá prefiriendo y valorando como su proveedor de servicios por la calidad brindada y alcanzada mediante la aplicación de valores éticos, que a pesar de no ser requeridos son practicados en el ejercicio de nuestra profesión, aún si dispone de información sobre oferentes en el mercado con los cuales podría ahorrar. Aunque este escenario es el ideal, no siempre será el resultado obtenido, ya que siempre existirá clientes que sacrificarán calidad por precio.
Esto es precisamente, la creación de valor intangible en una Entidad, un activo que, bajo el análisis de los marcos de información financiera permitidos, no reúne los requisitos para su reconocimiento dentro de los estados financieros como un “Recurso controlado por la Entidad como resultado de sucesos pasados y del que espera obtener beneficios económicos futuros”, pues su medición no sería fiable o medirlo requiere un esfuerzo o costo desproporcionado para una Entidad; este activo también es conocido como “Good Will”. Sin embargo, esto atrae inversionistas, clientes, colaboradores más calificados y en consecuencia aumenta su productividad y rentabilidad.
A nivel Corporativo, una pequeña acción, un gesto o incluso una preferencia en la fila de espera de atención pueden ser un elemento diferenciador frente a la competencia, es indispensable que las bases sobre la aplicación de los valores éticos estén bien establecidas en todos los niveles jerárquicos de la Entidad, lo cual incluye, entre otros, los siguientes aspectos:
En conclusión, podemos con toda certeza afirmar que, la aplicación de valores éticos, más allá de los que son requeridos por normativas, es fundamental en el mundo de los negocios y que contribuyen a la creación de valor que, si bien este valor no es posible cuantificar y reconocer como un elemento dentro de los estados financieros de una Entidad, trae consigo beneficios tanto internos como externos, muchos de los cuales sí logran cumplir con los dos requisitos indispensables para su reconocimiento. Asimismo, esta debe ser voluntaria y generalizada para cualquier nivel jerárquico.
Blanca de Paz, Gerente de auditoria, Russell Bedford El Salvador
El COVID-19 declarado como “pandemia” en marzo 11 del 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha generado tiempos de incertidumbre y a la par expectativas por parte de los accionistas, entes reguladores, directorios y también proveedores y empleados para conocer cómo esta “pandemia” ha afectado la situación financiera de las entidades, además de la incertidumbre y expectativas generadas, también debe ser evaluada o considerada su evolución y cuánto tiempo podría durar.
La pandemia durante el año 2020 ha generado varios impactos, provocando un deterioro significativo de las condiciones económicas para algunas empresas y un aumento de la incertidumbre económica para otras; uno de gran impacto es la posibilidad de generar dudas significativas sobre la capacidad de las empresas para continuar como un negocio en marcha, debido principalmente a la falta de generación de flujos de efectivo como producto de problemas de recuperación de cartera de clientes, bajas en la producción y disminución significativa de ventas.
Al darse las anteriores condiciones, es responsabilidad de la Alta Gerencia determinar si la preocupación de continuar existe, o hay una incertidumbre material al respecto. Por lo tanto, se hace necesario que las entidades evalúen de manera específica, qué impactos podría tener o no la pandemia sobre su situación financiera, el resultado de sus operaciones, los flujos de efectivo y las revelaciones relacionadas, tanto para estados financieros intermedios como para los estados financieros que se deben presentar al cierre fiscal en cada país.
De acuerdo con lo indicado en el párrafo 25 de la NIC 1, “al elaborar los estados financieros, la gerencia evaluará la capacidad que tiene una entidad para continuar en funcionamiento. [Referencia: Marco Conceptual párrafo 4.1] Una entidad elaborará los estados financieros bajo la hipótesis de negocio en marcha, a menos que la gerencia pretenda liquidar la entidad o cesar en su actividad, o bien no exista otra alternativa más realista que proceder de una de estas formas. Cuando la gerencia es conocedora, al realizar su evaluación, de incertidumbres significativa relacionadas con sucesos o condiciones que pudieran arrojar dudas significativas sobre la capacidad de la entidad de continuar como negocio en marcha, la entidad revelará esas incertidumbres, apartados E3, E4 (incluidos en el párrafo 25 de la NIC 1) cuando una entidad no prepare los estados financieros bajo la hipótesis de negocio en marcha, revelará ese hecho, junto con las hipótesis sobre las que han sido elaborados y las razones por las que la entidad no se considera como un negocio en marcha”.
Mantener disponible información financiera actualizada es importante para evaluar las declaraciones efectuadas por la administración sobre la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento, algunas consideraciones importantes incluyen determinar si:
La Norma Internacional de Auditoria (NIA) 570, párrafo 6 indica que “El auditor tiene la responsabilidad de obtener evidencia de auditoría suficiente y adecuada sobre la idoneidad de la utilización por parte de la dirección de la hipótesis de empresa en funcionamiento para la preparación y presentación de los estados financieros, así como de determinar si existe alguna incertidumbre material con respecto a la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento. Esta responsabilidad existe aún en el caso de que el marco de información financiera utilizado para la preparación de los estados financieros no contenga un requerimiento explícito de que la dirección realice una valoración específica de la capacidad de la entidad para continuar como empresa en funcionamiento”.
A continuación, algunos hechos o condiciones que, individual o conjuntamente, pueden generar dudas significativas sobre la hipótesis de empresa en funcionamiento incluidos en la Norma Internacional de Auditoria (NIA) 570:
Financieros
Operativos
Otros
Es importante recalcar que la evaluación del negocio en marcha debe ser efectuado desde la etapa de planeación y evaluarse permanentemente durante el desarrollo del trabajo de auditoria y hasta la emisión del informe, pues existen situaciones que pueden ser catalogados como riesgos que afectan los estados financieros que se identifique en las diferentes etapas del trabajo de auditoria.